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La estructura de metal, tratada con pintura electrostática, no solo dota a la silla de una apariencia impecable, sino que también la protege de los embates del tiempo y el uso diario. Esta capa defensiva asegura que la silla Madeva mantenga su esplendor a lo largo del tiempo, proporcionando una inversión duradera en términos de belleza y resistencia.
El tejido artesanal en polipropileno, meticulosamente conformado en una forma redonda, añade una dimensión visual y táctil fascinante a la silla. Cada fibra de polipropileno ha sido expertamente entrelazada para crear una superficie que no solo es visualmente agradable, sino también cómoda al tacto. Este diseño cuidadosamente ejecutado y la artesanía delicada se fusionan para conferir a la silla Madeva una presencia distintiva y acogedora en cualquier ambiente.
